LOOP 2004 Medellín ¿Qué es “hacer dibujos animados”?
Hacer dibujos animados es una necesidad intrínseca del homo sapiens, que está ahí, grabado en nuestros genes, producto del desarrollo de nuestra especie, que nos ha llevado a tener un cerebro capaz del pensamiento abstracto. Nacemos programados para hablar: si dos recién nacidos quedaran incomunicados del resto de los seres humanos, entre ellos dos crearían un idioma para comunicarse, porque la palabra es la herramienta para desarrollar las ideas, que nuestro pensamiento abstracto necesita para interpretar y comprender el mundo que nos rodea, y en ello radica nuestra característica fundamental como especie: la inteligencia.
Cada especie animal nace programada con sus instintos básicos que la hacen apta para la vida. Cuando el ser humano moderno, como lo conocemos hoy día, surgió como especie, vino programado con un nuevo instinto que nos ha hecho únicos en toda la historia de la vida en este planeta: el pensamiento abstracto, que nos permite imaginar aquello que todavía no hemos hecho, podemos prever el futuro.
Las palabras generan los pensamientos, pero los pensamientos hay que representarlos, y esto lo hacemos mediante el manejo de los símbolos básicos.
Todo niño de nuestra especie nace con el instinto de representar, por eso todos los niños pintan, comenzando con los símbolos más esquemáticos; por eso es que somos “la especie simbólica” de este planeta.
Ya desde el comienzo, nuestra especie comenzó a representar mediante trazos, que han quedado en paredes, rocas y cavernas, pero el mundo que nos rodea no es estático: vivimos dentro de un proceso de cambio y movimiento constante: no solo se representa la forma, también se representa el paso del tiempo, la “animación” de lo que está en movimiento. Las pinturas rupestres ya representan al hombre y los animales en su carrera, bisontes pintados con patas que se “mueven”.
Todo niño es genio en su interpretación y desarrollo; todos dibujan, todos garrapatean paredes, porque nacemos programados para ello. Cuando un niño rompe un objeto no lo hace para destruírlo, lo hace para descubrir como está hecho, para entender como funciona; el adulto le dice: - ¡No! – y ahí lo neutraliza, le corta el desarrollo de su creatividad, así nace el adulto autoreprimido que conforma la sociedad, las leyes de convivencia que dan cohesión al grupo social.
La sociedad necesita los medios de comunicación para poder funcionar, intercambiando ideas y conceptos, que dan forma a grupos homogéneos, la idiosincrasia, la nacionalidad: se crean las palabras del idioma a partir del balbuceo infantil; los primeros trazos del niño dan inicio a la simbología de la imagen.
El dibujo animado es la máxima representación de la síntesis de la imagen en movimiento, ya que, por sus características, va a lo esencial de la idea: una línea vertical < I > es un hombre de pie; una < Y > es un hombre con los brazos en alto.; por eso los niños gustan tanto los dibujos animados, porque les alimenta la capacidad de funcionamiento de su pensamiento simbólico.
Pero todos llevamos dentro el niño que realmente somos, porque seguimos maravillándonos ante lo nuevo, lo extraordinario.
Hoy día, la práctica y desarrollo de la técnica del dibujo animado, no es sólo una actividad de unos pocos, es mucho más que eso, es el vehículo por excelencia para comunicar lo esencial de la idea, ya que el dibujo animado es eso: la representación esquemática, donde todo lo superfluo ha sido decantado, porque utilizamos el mecanismo de expresión que genéticamente todos los seres humanos llevamos dentro: el trazo simbólico simple y primario; que es lo que mejor entendemos, porque así biológicamente estamos hechos.
Los pueblos, para poder existir y desarrollarse, tienen que tener la cohesión que proviene de sus costumbres y tradiciones. Los realizadores de dibujos animados, bien orientados, crean nacionalidad, tratando temas que le son propios a su sociedad.
La realización de dibujos animados no es solamente tarea de un grupo exclusivo, es de interés de todos en general, ya que contribuye a la formación de la escala de valores que conforman la nacionalidad.
No debemos estar copiando a los Mickey Mouse ni a los Pato Donalds; ni a los super héroes japoneses; debemos crear nuestros propios personajes, temas e ideas, basadas en nuestras costumbres. Debemos y podemos, con la ayuda de todos los medios e intereses, apoyar, desarrollar y crear, nuestros dibujos animados, para beneficio de la educación de nuestra gente y nuestra cultura latinoamericana.