En matemáticas siempre se ha dado, se da, y se dará, que uno más otro es igual a dos; pero en mercadeo, no siempre es así, pues no funciona de esa manera, y muchas son las veces en las que se ha apreciado que las sumas generan restas, paradójicamente. Y lastimosamente hay que aceptar que muchas personas de la actividad, y empresarios, piensan que los mercados se prestan para “agrupar” y aunar esfuerzos, convencidos de que las alianzas son generadoras de sumas matemáticas, sin considerar lo que sucede en las mentes de las personas que son quienes deciden y definen la calidad y otros aspectos necesarios para que se pueda tener un mercado y se gane a la competencia.
La creencia de que la sinergia, como dicen, se da cuando dos o más empresas suman actividades y esfuerzos siempre dará frutos positivos, ha hecho que no pocos caigan en la falacia de la sumatoria o agrupamiento, convencidos de que las personas son cifras y que por lo tanto lo que hacen dos seres humanos, siempre equivaldrá al doble del trabajo de uno. Ello, sumado a la creencia de que a medida que más se ofrece más clientes se tendrán y más ventas se generarán.
Lo que no se tiene en cuenta es el comportamiento del consumidor, que en última instancia es quien decide si acepta o no el “nuevo” ofrecimiento, y que en la práctica ha demostrado ser basado en tres aspectos básicos, entre otros: confianza, experiencia y hábito; y estos tres son los que se encargan de mantener un mercado, que día a día presenta más alternativas y oportunidades.
Grandes y pequeñas empresas, de todas partes, han experimentado lo que se vive cuando se trata de aunar esfuerzos.