
Aunque la palabra clientes se utilice para englobar o generalizar a todas esas personas que te realizan alguna compra o hacen contigo alguna transacción económica, es bien sabido que una marca puede tener gran diversidad de clientes.
Esto puede verse influenciado por la variedad de productos y servicios que tengas para ofrecer, por la facilidad de internacionalizar tu producto, por la cantidad de acciones que realices dentro de las relaciones públicas, etc.
Lo importante es que dentro de tu funnel de ventas tengas los clientes correctos, aquellos que iniciaron siendo un lead, se nutrieron con tu marca, fueron calificados y se convirtieron en clientes satisfechos e incluso en promotores de tu trabajo.
Pero, aunque todos hayan pasado ese proceso para llegar al resultado esperado por ambos, sabemos que no a todos podemos tratarlos de la misma manera porque cada uno tiene necesidades, gustos y entornos diferentes.
Entonces, en este artículo hablaremos un poco de los tipos de clientes que existen y compartiremos algunos consejos para que puedas satisfacer a cada uno de ellos.
Tipos de clientes más comunes
Estos son los clientes más fieles, los que siempre han tenido buenas experiencias con la marca y la aman. No te cambiarían por ninguna otra y te traen tantos clientes como puedan.
Son los mejores promotores de tu marca, tus productos y tus servicios, si pudieran trabajar para ti, lo harían sin ningún problema.
A este tipo de clientes, que ya están fidelizados, es clave mantenerlos siempre tan felices y tener detalles únicos con ellos como correos personalizados, ofrecerles descuentos después de cada compra, incluso una giftcard en Navidad.
Estos clientes, aunque quedaron satisfechos en su experiencia con tu marca, quizás eran turistas en tu ciudad o necesitaban algo de una sola vez.
Probablemente, te recomienden porque les fue bien contigo, pero no pasarán a esa etapa de enamoramiento como los que mencionamos anteriormente.
Con este tipo de clientes, es bueno que mantengas un contacto ocasional para que no te olviden y que, si pueden repetir alguna compra contigo en algún momento, no tengan dudas en hacerlo.
Ni te aman, ni te odian. Podría decirse que su experiencia fue positiva pero quizás no superaste sus expectativas.
Puede que vuelvan a comprarte o quizás nunca vuelvan a hacerlo. Si consiguen algún beneficio extra o un precio menor con otra marca, no dudarán en irse con ellos.
Con este tipo de clientes es importante que logres enamorarlos, conocerlos mejor y diseñar un plan para este tipo de personas que te permitan que se enganchen contigo.
Este tipo de clientes aunque siempre terminan comprándote, no lo hacen porque estén enamorados de tu marca sino por costumbre. Están habituados a que, contigo, tienen una experiencia suficientemente buena como para volver, pero es poco probable que hablen de ti o te recomienden.
Para ellos, sería bueno diseñar un plan específico que les permita conocer algún otro producto o servicio que puedas ofrecerles, de esa manera quizás puedas mejorar su percepción de tu marca.
Aunque ninguna marca quisiera tener clientes detractores, es imposible que todos te amen.
Muchas veces estos clientes solo tuvieron una experiencia contigo y como no fue positiva simplemente deciden no volver ni darte otra oportunidad.
Si puedes conocer a fondo su experiencia y resolverla de manera que intenten volver a comprarte algo, sería excelente. Sin embargo, hay casos en los que definitivamente se niegan a intentarlo de nuevo con tu marca y, al final del día, hay que respetar su decisión.
Con estos ejemplos ya puedes tener una idea de cómo son los tipos de clientes más comunes con los que te encontrarás en tu camino al éxito.
No está demás decir que, si en tus manos está hacer de cada experiencia algo único y satisfactorio, esa debe ser una de tus metas principales.
Para finalizar, queremos invitarte a compartir este artículo para así ayudar a más marcas a tener un tránsito más ligero en su proceso de crecimiento.