Te gustaría saber cómo encontrar soluciones a los problemas del trabajo más rápidamente, como ser una maquina generadora de ideas?…
En este artículo quiero hablarte sobre el pensamiento creativo. Así que lee con atención y conoce las 5 reglas para pensar mejor y ser más creativo en el trabajo y en los estudios.
REGLA 1: Fortalece tu coraje para arriesgar.
Anímate a equivocarte y aprende de tus errores. Esta definición tiene mucha importancia para todos aquellos que desean realmente mejorar y desarrollar su memoria, y además, cambiar su manera de ser.
Significa aceptar nuestra propia imperfección para aceptar que los demás también puedan equivocarse. Una suerte de adaptación del antiguo mandato sagrado que dice: no hacer al prójimo aquello que no te gustaría que te hicieran a ti. De esta forma podremos transformar un error en un punto de apoyo para un nuevo pensamiento, una idea original. Solamente no se equivoca quien no intenta algo nuevo.
REGLA 2: Utiliza siempre todos tus sentidos
Tanto para recibir como para transmitir informaciones. Ya habrás escuchado más de una vez que el ser humano utiliza habitualmente una pequeña porción de su cerebro, tal vez menos de cinco por ciento.
Imagínate lo que seríamos capaces de lograr utilizando mejor nuestras capacidades mentales.
No es tan difícil como parece. Entrena tu visión para apreciar pequeños detalles, tu audición para oír todo y distinguir los sonidos y las distancias que los separan, tu olfato para seleccionar fragancias, tu paladar para apreciar inclusive los gustos más pequeños de las cosas, tu tacto para diferenciar texturas, superficies diferentes, etc.
REGLA 3: La belleza está en la manera de mirar
Nuestro cerebro posee dos lados o hemisferios –derecho e izquierdo que trabajan de manera diferente. Lo ideal es que trabajen equilibrada y armoniosamente, cosa que raramente ocurre. Cuando ayudamos, a través del entrenamiento, a nuestro lado más perezoso, aprendemos y trabajamos con mayor eficiencia y efectividad, además de convertirnos en personas más
Creativas.
Los que se caracterizan por utilizar preferentemente el lado izquierdo cerebral, son más detallistas, meticulosos, disciplinados, con frecuencia introvertidos y encerrados en sí mismos. Aprenden matemáticas y ciencias con facilidad, piensan con mucha lógica y al mismo tiempo carecen de romanticismo y de habilidades de comunicación.
Los que utilizan más el hemisferio derecho suelen ser más sensibles, extremadamente creativos, abiertas a lo nuevo, amantes de las aventuras aunque solamente ocurran en sus sueños.
Reconoce tu hemisferio dominante. Cultívalo con cariño pues allí están tus fortalezas y al mismo tiempo dedica tiempo a entrenar el lado opuesto. No creas que la habilidad de uno u otro hemisferio es algo fatal, imposible de cambiar. La idea es saber cómo ejercitar tu memoria para entrenar tu lado más perezoso.
REGLA 4: Cultiva tu imaginación en todos los momentos
Un famoso investigador realizo un test con jóvenes universitarios, entro al aula e hizo un punto en la pizarra y preguntó a los alumnos qué veían. La respuesta fue unánime: una marca de tiza o un punto.
Cuando hizo el mismo punto en un aula de una escuela primaria obtuvo, además de la respuesta anterior, muchas otras: una estrella, un ojo de animal, una punta de cigarro, una piedra, etc.
La conclusión es bastante obvia. Los universitarios, que poseen una estructura de conocimientos bastante amplia, demostraron que su creatividad era muy pobre. En cambio, los niños de la escuela primaria, estaban con una creatividad por las nubes.
La solución es entrenar la capacidad imaginativa de la mente. Una forma de hacerlo es pensar varias definiciones para un concepto determinado. Por ejemplo, qué es el mar. ¿Puedes decirlo? Si solamente se te ocurre una respuesta, estás muy mal. Puedes estar seguro de que cuatro respuestas para esa pregunta, son muy pocas también.
REGLA 5: Procura semejanzas en cosas aparentemente distintas
Una buena idea, aquella que a nadie se le ocurre, puede aparecer en dos momentos del pensamiento creativo: la incubación o el nacimiento.
En la primera etapa, como su nombre lo indica, la idea comienza a brotar. En la segunda se desarrolla y es necesario recogerla. En la etapa de incubación tienes que ser más niña que adulta; fantasear, jugar, soñar, pensar en cosas ridículas, absurdos, todo sin limitaciones racionales.
Cultiva esa primera etapa pues se trata de la más creativa. Claro que cuidadosamente debes ir llegando a la segunda fase, el nacimiento de la idea innovadora. Tal como harías con un niño, una planta, una mascota, debes colocar límites, aplicar la razón y la inteligencia para que la madurez se produzca con resultados extraordinarios. Es el pasaje de la confusión al orden
Práctico.
Aplica cada uno de estas reglas en tu vida diaria y no solo pensaras de una manera mas rápida y fluida sino que incrementaras considerablemente tu creatividad ya sea en tu negocio o en los estudios.
Gracias…
Ignacio Monroy – Coach Crecimiento Personal