Las empresas de éxito que quieren empaparse de éxito hoy tienen que darle una gran importancia al marketing. El marketing no es solamente publicidad. En el marketing se incluye el diseño del producto, su distribución, su precio, la publicidad, el análisis de las audiencias, etc.
A través del marketing, las personas obtienen siempre lo que quieren o creen necesitar a través del intercambio de producto y valor entre ellos. En el marketing corporativa es esencial generar sensación de necesidad, un valor humano que hace la carne del consumidor débil ante cualquier tentación apetecible.
Cuando el cliente decida comprar, se decide por hacerlo por aquel que le da mayor valor relativo. La satisfacción del consumidor está asociada al concepto de calidad, que las empresas adoptaron con el término de Total Quality Management (TQM). Cuidar este aspecto es pan para mañana.
El TQM consiste en el análisis, planificación e implementación y control de programas diseñados por expertos para crear, construir y mantener los beneficios máximos para el consumidor. Este aspecto se puede cuidar con formas idóneas de comunicación, soporte, promociones y regalos como incentivos.
Cuando se trata de comprar, el TQM es esencial. Cuanta más calidad tiene un producto, mayor tendencia generalizada tendrá por el consumidor. El interés aquí es la creación de marcas para su correcta explotación y particular monopolio. La publicidad y la calidad de imagen es básica. Los clientes no van a comprar un producto si la empresa no ha hecho antes el esfuerzo de promocionarlo a gran escala (en medios de comunicación por ejemplo).
Actualmente, el desarrollo de las tecnologías y las social media ha fortalecido la conexión entre empresas y consumidores.